7/2/16

Los animales sagrados de El Arca

Dejar en libertad a un animal enjaulado, es conseguir devolverle la vida.

De todos los récords mundiales que nuestro Arca de Noé a estas alturas puede exhibir, existen principalmente dos que realmente, nos llenan de orgullo. 
Por un lado, ser el centro de España que más leoncitos usados para hacer fotos con ellos ha podido rescatar y enviar a reservas de África para que puedan volver a vivir en libertad. Por otro, proteger en nuestro centro a los leones más viejos de Europa o puede que, incluso, del mundo. 

Y si les soy sincero, no sabría cuál de los dos es más importante. 
Es cierto que cada vez que conseguimos rescatar a una cría de león, sacarla adelante y encontrar un santuario en África donde primero le enseñen a vivir en libertad y luego la suelten en alguna reserva protegida de la zona, nos sentimos completamente llenos de satisfacción porque sabemos que en realidad, esa es nuestra principal misión. Pensar sólo que entre todos hemos conseguido que un animal pase de vivir encerrado en un carromato viajando de ciudad en ciudad a una selva infinita donde sentirse en libertad, es algo tan importante que da un sentido  completo a nuestra labor.
Y digo esto porque verdaderamente todo son dificultades para lograrlo. Desde los permisos para ello, hasta el coste tan elevado que supone cada uno de esos traslados. 

Para empezar, son animales que una vez que han sido decomisados a sus propietarios -principalmente circos- pasan a ser propiedad del estado español y es éste el que ha de autorizar el traslado del mismo. 
Por otro lado, los costes de todo el proceso se disparan desde el primer momento. Primero hay que rescatarlo y trasladarlo a unas instalaciones seguras y cómodas para el animal. 
Después hay que recuperarlo físicamente… Debemos tratarle la vista dado que suelen llegar medio ciegos por el impacto diario de cientos de flashes. Hay que trabajar su musculatura porque habitualmente, al vivir encerrados en pequeñas jaulas poco más grandes que su tamaño, está prácticamente atrofiada. Además, normalmente, presentan graves carencias alimenticias motivadas porque prolongan su alimentación con leche de biberón con la intención de conseguir que su crecimiento sea más lento y así, usarlo durante más meses para las sesiones de fotos. 

Y por último, hay que conseguir algo que, quizás, siendo complicado todo lo anterior esto lo es aún más,  me refiero a lograr equilibrar su carácter. 
Llegan, o muy aturdidos o muy agresivos, a menudo, porque les suministran drogas y tranquilizantes para poder hacer fotos con ellos sin ningún problema ni riesgo. En fin.
El caso es que, como les contaba antes, cuando ya hemos conseguido recuperarlos, aún nos queda hacer frente al gasto más importante de todo el proceso; su traslado.  Enviar a cada león a África cuesta una media de ocho mil euros por ejemplar. Sólo el trasportín de seguridad en el que deben de viajar en el interior del avión vale varios miles de euros y a eso hay que sumar el billete del avión y todos los gastos del viaje.  

Y así llegamos a la famosa pregunta del millón… ¿Cómo se consigue el dinero dado que ni existe ni recibimos ayuda alguna para ello? Pues como siempre, poco a poco, euro a euro y  en realidad, mediante donativos particulares que llegan desde todas las partes del mundo cuando conocen la historia de cada uno de esos animales.
Así que, como pueden imaginarse, no es fácil conseguirlo, nada fácil. Por eso lo habitual hasta ahora es que esos animales acabaran en parques zoológicos viviendo el resto de sus vidas. Sin embargo, en nuestro caso, gracias a la colaboración de particulares pero también de importantes ONG's y fundaciones de todo el mundo, hemos conseguido mandar a África para que vivan en libertad a todos los cachorros de leones que hasta ahora hemos rescatado y la verdad es que cada vez estoy más convencido de que, lograr enviar a cada uno de ellos, pertenece más al capítulo de los milagros que a otra cosa… 
Pero al principio, les hablaba de nuestro otro gran récord que para mí, tiene un significado muy, muy especial. Se trata de que en nuestro centro se encuentran algunos de los leones más viejos de Europa o puede que incluso, del mundo. Si les soy sincero, para nosotros es tan importante como emocionante poder cada día proteger y cuidar a cada uno de ellos. En el Arca viven tranquilos. Encuentran la paz que sus vidas anteriores les negaron y envejecen entre amigos. Nosotros les ofrecemos, humildemente lo poco que tenemos pero por su enorme longevidad, yo creo que nos lo agradecen infinitamente y la verdad es que, cuidarlos para nosotros es un honor y un orgullo. 

Sólo espero que poco a poco esa maldita forma de tratar a los animales que hizo que un día todos esos leones tuvieran que ser rescatados, simplemente, pase a formar parte de la historia y el pasado de un país al que, por cierto, le está costando mucho más que a otros de su entorno, entender que la vida de un animal es algo sagrado y que el ser humano, el único derecho que tiene sobre ella es a cuidarla y protegerla.
¡Ojalá algún día todo el mundo llegue a entender, algo tan sencillo y básico, como eso!

Raúl Mérida


Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda www.fundacionraulmerida.es  o www.animalesarcadenoe.com