Historias increíbles

Tigres y leones en pisos, pumas en chalets, linces, monos, serpientes...

Historias que ellos no pueden contar

Debemos hacer eco de sus historias; rescates, maltratos...

Historias que podrían haber sido la última

Cachorros, ancianos, con pedigree, inválidos... Da igual su raza y "valor".

Historias de rechazo

Muchos son abandonados cuando dejan de ser "útiles".

Historias de supervivencia

Historias que narran la lucha por sobrevivir al abandono.

21/6/15

¿Verdad o mentira?


Por mucho que se repita una mentira... nos se convierte en verdad.

Cuentan que, antiguamente, "la verdad" y "la mentira" eran inseparables amigas hasta que una noche calurosa decidieron bañarse en un lago cercano. Durante el baño se produjo una fuerte discusión entre ambas y juraron que jamás volverían a verse. Las dos salieron deprisa y sin darse cuenta, cada una de ellas se puso la ropa de la otra. Desde entonces dicen que es muy difícil ser capaz de distinguirlas.

Si algo compartimos todos los seres que poblamos este planeta son las miles de leyendas que adornan nuestras vidas. Historias en su mayoría inventadas que nos encumbran a lo más alto o bien, nos estrellan directamente contra el suelo. 
Las hay de todos los tipos. Desde bulos aparentemente científicos hasta multitud de falsos mitos y creencias revestidas de ciencia. Internet ha servido convenientemente para facilitar y amplificarlo todo lo que en la práctica nos ha llevado a vivir instalados en el fascinante mundo de la mentira. Por supuesto, los animales no se han librado de ello.
Leía hace poco en un servidor de noticias cómo alguien afirmaba que las palomas realizaban sus excrementos de color blanco sobre los coches negros y de color negro sobre los coches blancos. ¿Ustedes qué creen? ¿Verdad o mentira? 
Existen dos teorías, más o menos científicas, dedicadas a la explicación de este asunto. Una se basa en el ser humano y la otra en el animal. Para los seguidores de la primera el asunto es sencillo. Consiste en que en realidad, es el ojo humano el que se auto engaña por el contexto que rodea al excremento. Así, si el coche es negro, nuestra tendencia será ver el excremento blanco. Si por el contrario, el vehículo es blanco, entonces nos dará la sensación de que la deposición es negra. 

Sin embargo, hace poco se realizó un estudio que aporta nuevos datos al respecto y ha dado lugar a la segunda teoría. Según viene a concluir ésta, el motivo es más animal que humano. La razón que explicaría todo es que el color negro provoca en las palomas un estado de excitación en los ovarios que, a su vez, les causa una especie de diarrea. Ese y no otro, sería el motivo de que sus excrementos sean de un color más claro. Por el contrario, el color blanco provoca en ellas lo que se conoce por constipación o estreñimiento, lo que daría lugar a excrementos más oscuros. 

¿Qué respuesta es la correcta? En realidad, seguramente, en parte son las dos.
Éste es sólo un ejemplo y además, inocuo para el animal pero, por el contrario, existen muchos otros que no sólo han causado un daño irreparable, sino que, además, han destrozado la vida de muchos animales. Por ejemplo, esa creencia ampliamente extendida que se refiere a que al menos, las perras y gatas han de criar una vez en la vida, como única manera de evitar la aparición de cánceres y tumores malignos.
Durante años se repitió dicha afirmación como si fuera un mantra que pasaba de padres a hijos. Aún hoy es frecuente escucharlo y sin embargo, es absolutamente falso. De hecho, está demostrado que no sólo no tener crías no acorta la vida de los animales sino que, al contrario, la alarga y la llena de calidad. Ya ven. 
Esas patrañas en contra de la esterilización de los animales afectan incluso a los más salvajes. Recuerdo cuando quisieron convencerme, en su día, de que esterilizar a un león era condenarlo a morir a los pocos meses. Se lo aseguro, nada más incierto. Y no es que sea plato de buen gusto esterilizar a los animales sin más pero, indudablemente,  sí es lo mejor para luchar contra el abandono constante en el caso de los animales de compañía o, también, para evitar que nazcan animales salvajes obligados a vivir en una triste jaula toda la vida. 
El caso es que, volviendo al tema que nos ocupa, la realidad es que el ser humano opina, juzga y sentencia, sobre todo lo que no conoce con la ignorancia que le caracteriza, que no es poca. Sería algo así como que lo que no conocemos, no existe y lo que no existe, nos lo inventamos. 

Así, por ejemplo, afirmamos un día sí y otro también, que los delfines son muy simpáticos porque siempre se están riendo –sin pensar que la formación risueña de su boca es pura morfología pero que,en ningún caso, nos indica su estado de ánimo. Dicho de otra manera, un delfín puede estar deprimido pero, no por eso, su cara deja de tener ese gesto alegre-. 
Tampoco los chimpancés son animales simples, primitivos o algo payasetes. Más bien todo lo contrario. Son serios e hipersensibles con un gran mundo emocional. Algo que nos hemos empeñado en ignorar. 
¿Y qué decir de los burros o de los cerdos? Animales superdotados con altas capacidades cognitivas que, sin embargo, son relegados al insulto por el ser humano. 
¿Ven lo que les decía?
Todo ello hace que sigan pululando por ahí, sin remedio, ideas incomprensibles y equivocadas que, instaladas en lo más profundo de nosotros,  nos advierten, por ejemplo, de que los peces traen mala suerte –lo que ha hecho que muchos hayan acabado en nuestro país tirados directamente por los retretes de muchos baños- o que los gatos negros son una maldición de Dios -lo que provoca que la mayoría de ellos acaben abandonados-. 
En fin.

Un proverbio africano  dice que hace falta un pueblo entero para educar a un niño. Por eso, quizás, nuestros hijos superen todas estas creencias el día de mañana pero, no se engañen, sólo lo conseguirán si hoy comenzamos a superarlas nosotros.


Raúl Mérida



Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es  o www.animalesarcadenoe.com



14/6/15

Más que madres, ¡madrazas!

No hay mayor fuerza conocida en la naturaleza que la de una madre.

Cuando hace tan sólo unos días  descubríamos la historia de  Scarlett, una gatita callejera que salvó una a una  a sus crías de que se quemaran vivas al salir ardiendo el  edificio abandonado en el que había dado a luz, nos llega ahora la historia de la famosa cigüeña de Brunete.

¿Han visto las imágenes? Pocos se imaginaban lo que ocurriría cuando, por culpa de un incendio, las llamas rodearon el majestuoso ayuntamiento madrileño de  Brunete. 
Los planos, grabados con un móvil y emitidos por las televisiones nacionales, han dado ya la vuelta al mundo.
Ver la escena sobrecoge y pone los pelos de punta. En ella se recoge claramente cómo una cigüeña madre, angustiada por la fuerza del fuego, decide arrojar a sus dos polluelos del nido al vacío antes de que las llamas acaben con sus vidas. 

Las crías, afortunadamente, amortiguaron el impacto contra el suelo aleteando las pocas plumas de sus alas. Ahora se recuperan en un centro especializado de la capital.
La verdad es que considero que no hay fuerza más prodigiosa que la de una madre, la he visto en muchas especies de animales y siempre me ha parecido infinita. 


Se repite todos los años cuando la fiesta de la vida nos visita en primavera. La muestran las lobas que se enfrentan a cualquier animal, incluido el hombre, si creen que pueden ser un peligro para la vida de sus crías. En esos casos no dudan en entregar la suya a cambio de la de sus hijos.

También aparece claramente en los animales salvajes de nuestro entorno más cercano. 
Si nos acercamos a las zonas de humedales, desde las casetas de avistamiento y los centros de interpretación, podremos ver a estas alturas, por ejemplo, a las avocetas y las cigüeñuelas, en plena crianza de sus polluelos.
Ellas, al percatarse de nuestra presencia, representaran ante nosotros uno de los bailes más hermosos que puede regalarnos la naturaleza. Lo bauticé hace tiempo como  "el baile de la herida" y no es sino una manifestación más de la defensa de las crías por parte de sus madres.
Este ritual se reproduce siempre de la misma forma. Todo comienza cuando la hembra observa alarmada como nos acercamos a la zona donde están sus hijos. En ese mismo instante parecen saltar todas las alarmas de su cuerpo. Para ella somos, sin duda, un peligro cierto para su descendencia y, ante eso, todo vale.
Por eso, inmediatamente, observaremos como, rápidamente y volando, inicia una maniobra de acercamiento a nosotros. Sin embargo, no lo hará en línea recta ni marcando en el aire un vuelo majestuoso y perfecto, ¡para nada! Lo hará dando giros y más giros sobre nuestro cuerpo, subiendo y bajando en el aire, una y otra vez. 
¿Está loca? ¿Vuela, quizás, bajo los efectos de una repentina enajenación o demencia? No lo crean. De nuevo apelo, como en otros artículos, a la interpretación de su lenguaje. 
Veamos… Para empezar, no nos está atacando como podríamos pensar, está simplemente llamando nuestra atención, intentando que no la perdamos de vista en ningún momento, es más, realmente lo que está es pidiéndonos que seamos nosotros la que le ataquemos a ella. 
Pero, les sigo explicando… Verán, el animal, al comprobar cómo ante su presencia, no se produce reacción alguna por nuestra parte, comenzará a bajar al suelo, es decir,  se posará sobre la  tierra y comenzará a andar como si tropezara con el aire, como si un objeto invisible no le permitiera andar bien, en definitiva, lo hará como si tuviera una pata rota o lastimada y no pudiera apoyar la misma. 
¿Y por qué hace todo eso? Se preguntarán ustedes. El motivo es sencillo. Para ella nosotros somos un grave peligro y su primera opción es pensar que somos una amenaza aéreo, es decir, una especie de ave depredadora con un único objetivo: alimentarse de sus crías. 
Sin embargo,  al ver que no echamos a volar tras ella, cambia totalmente su estrategia. 
Entonces, decide bajar al suelo convencida de que debemos tratarnos de algún animal terrestre, un zorro en busca de comida, por ejemplo.
Pero ¿qué le mueve realmente a ese comportamiento? Evidentemente, defender a sus crías, eso está claro pero, hay más.  
Ella cree que si nosotros nos acercamos a sus hijos, es porque queremos alimentarnos de ellos. Así que piensa: Si quieren comerse a mis hijos es porque tienen hambre. Y si tiene hambre, les será más fácil y atrayente comerme a mí que, por un lado, soy más grande y, por otro, aparento estar herida, así que soy una presa sencilla, más que ellos que aún son pequeños y tienen mucho que crecer.

¿Comprenden, ahora? Así de duro. Nos entrega su vida a cambio de la de sus hijos. Y no crean, son muchas las madres que, cada año, mueren así en el mundo animal.
Por eso y mil cosas más, la naturaleza nos demuestra que la fuerza de una madre no tiene límite, está por encima de cualquier otra. 
Al fin y al cabo, no olviden nunca que, gracias a ella, es por lo que, aún, no hemos desaparecido del planeta.


Raúl Mérida


Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es  o www.animalesarcadenoe.com


9/6/15

El primer orangután declarado persona

El hombre realmente libre es aquel que reconoce la libertad a todos los seres del planeta.

El asunto ha ocurrido en Buenos Aires y probablemente, es el hecho más revolucionario en la protección de los animales salvajes que haya sucedido en toda la historia de la humanidad. 
Sandra, un orangután hembra que vive en una zoo de la capital argentina, acaba de ser declarada libre. Ya no pertenece al centro en el que vive. Ahora pasará a ser ciudadana de la selva.

Pero vayamos al principio de esta singular historia. 
Todo empezó cuando una conocida asociación argentina de funcionarios y abogados por el Derecho animal, AFADA, pidió el reconocimiento de Sandra, la orangután del zoo bonaerense, como persona jurídica. 
Parece una locura, ¿verdad? Pues no lo es. El planteamiento fue el siguiente; si ella es un animal y como tal, siente, sufre y padece, merece que se le proteja, ¿no? 
Pero, claro, la cuestión era muy complicada. Primero, ¿cómo lograrlo? Y segundo, ¿qué se puede ofrecer a un animal que ha pasado los últimos veinte años de su vida encerrada en una jaula? 
La respuesta a la primera pregunta vino de la mano de un grupo de abogados especializados en la protección de animales. Éstos, hábilmente, plantearon el caso ante la Sala II de la Cámara de Casación Penal y de ahí, fueron directamente a juicio.

La respuesta a la segunda cuestión llegó desde mucho más lejos, en concreto, desde Brasil. Allí, un santuario especializado en primates, ofreció el parque natural que gestiona para que Sandra pudiera comenzar una nueva vida. 
La semana pasada conocimos la sentencia final: Sandra ya no es de nadie salvo de ella misma. Se le reconocieron legalmente derechos y se le declaró como una "persona no humana, con sentimientos y privada ilegalmente de libertad".
Ha sido la primera pero, ¿será la última? ¿Se abre un debate en el mundo zoológico al respecto? ¿Será por casualidad que el primer animal que consigue un nivel de protección tan alto sea un orangután? 

Los orangutanes son una de las especies más avanzadas que existen en el planeta Tierra. Procedentes de Sumatra y Borneo, sus miembros son conocidos entre los habitantes de aquellas tierras como los "hombres del bosque". Cuenta la leyenda que, ante el temor de que los humanos les hicieran sus esclavos,  se marcharon a vivir sobre los árboles. 
La verdad es que no me extraña. Se me ponen los pelos de punta cada vez que recuerdo cómo las mafias apresan a las orangutanes hembras y las trasladan a prostíbulos de Asia donde son encadenas y violadas a cambio de dinero. 
Sin embargo, los orangutanes son los animales más cívicos que pueblan el mundo. Llegan a extremos dramáticos por ello. Imagínense, por ejemplo, que si su territorio y alimento es destruido por un incendio, prefieren literalmente morir de hambre antes que adentrarse en el territorio de otro orangután e invadir el mismo. Esa es, sin duda, la señal más viva de su propia inteligencia, su respeto absoluto a la vida.

¿Y qué pasará a partir de ahora con Sandra? La dificultad más grande para  ella será la de adaptarse a su nueva vida. No hay que olvidar que todos los animales somos seres de costumbres y nada nos da más miedo que aquello que desconocemos. 
En cualquier caso, la importancia de la sentencia es ya, absolutamente, infinita. 
Por un lado, declara literalmente que Sandra "mantiene lazos afectivos, razona, siente, se frustra con el encierro, toma decisiones, posee autoconciencia y percepción del tiempo, llora las pérdidas, aprende, se comunica y es capaz de transmitir lo aprendido", y por otro, realiza un S.O.S. internacional ante la realidad de esos otros orangutanes que aún viven en libertad y que si nadie lo remedia y nadie lo está remediando, en diez años serán ya, simplemente, historia. 
Por eso, para que los conozcan un poco mejor, les invito a que la próxima vez que encuentren a alguno de ellos en los centros especializados donde viven, les miren a los ojos e interpreten su humana mirada. Entonces, piensen en algún mensaje que quieran enviarle y transmítanselo mentalmente.  No darán crédito a lo siguiente que ocurra. Verán una respuesta por parte de él inmediata, ¿y saben por qué? Porque, queramos o no, en el fondo, somos seres conectados por un parentesco no tan lejano que, aunque un día compartimos juntos el planeta, hoy lo hacemos separados por una reja… Pero quién sabe, quizás, a partir de esta sentencia los barrotes sean menos rígidos, más finos y, poco a poco, empiecen a desaparecer de nuevo.


Raúl Mérida


Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es , www.animalesarcadenoe.com  o en "El Decano de los Animales".








Serpientes venenosas sin antídoto

El corazón de las serpientes es muy grande, el de las personas que trafican con ellas, no.

Uno de los métodos habituales para introducir droga en nuestro país son los terrarios con serpientes venenosas. Camuflan los fajos en el interior de los mismos e introducen a los animales con la seguridad de que, nadie en su sano juicio, meterá la mano dentro para inspeccionar. Luego, cuando el cargamento llegue a destino, sólo tendrán que disparar a los animales y el alijo será recuperado.

¿Nos hemos vuelto locos? Francamente, creo que sí. En España la única serpiente venenosa que existía hasta ahora era la víbora y, su mordedura resultaba y resulta, moderadamente grave. ¿Eso significa que no mueran personas como consecuencia de las mismas? Sí mueren pero, no más cuatro o cinco al año lo que, en realidad, pese a la dureza de la cifra, no son muchas si tenemos en cuenta que en España se producen más de dos mil mordeduras de serpiente declaradas anualmente. Por comparar un poco el dato, sólo en la India mueren quince mil personas al año  por idéntico motivo. 
Y es que, la diferencia real, está o estaba, en el tipo de serpientes que viven aquí. Sin embargo, todo cambia. Ya se encarga el ser humano de ello. 

La moda de la tenencia de animales exóticos está haciendo que mucha gente compre animales y, cuánto más peligrosos, mucho mejor. Por ejemplo, la presencia en muchos hogares de caimanes o cocodrilos, es ya una realidad. 
No olvidaré nunca cuando hace unos años recogimos un caimán en la calle. El animal andaba suelto y perdido, esquivando coches y personas, en pleno centro de la ciudad.  Lo curioso es que, se corrió la voz, y fueron muchas las personas que alertaron de que ellos habían perdido también un caimán. Fue la primera vez que me di cuenta realmente de la que se nos venía encima. Pensé: ¡Claro! Si un animal de éstos llega a un lugar de charcas, ¿qué ocurriría? ¿Podrían existir algunos, en nuestro entorno, viviendo en libertad? 
La respuesta es sí.
¿Y en el caso de las serpientes? Pues igual. En el Arca hemos recogido muchas pitones de la más diversa procedencia. Tenemos una pitón albina que unos inquilinos dejaron abandonada cuando se marcharon del piso en el que vivían de alquiler. Los siguientes habitantes del mismo se la encontraron en el interior de un terrario. 
Y, no crean, también hemos recogido otras serpientes. Todas ellas, por cierto, exóticas,  abandonadas y  constrictor. ¿Y eso qué significa? Pues que, por un lado, no son serpientes que vivan en nuestro entorno de forma natural. Por otro,  que han sido compradas –legal o ilegalmente- y luego abandonadas, y por último, que matan a sus víctimas estrangulándolas antes de comérselas.
Lo que me lleva a otra pregunta que me suelen hacer habitualmente: ¿puede una pitón comerse a una persona? Si quisiera, sí, por supuesto, y hasta a una vaca si el hambre y la necesidad le empujara a ello. Las serpientes dilatan sus mandíbulas hasta límites insospechados para poder comerse a sus víctimas. Por eso, es tan importante que las personas que tengan animales de este tipo sean muy responsables, las alimenten adecuadamente y, por supuesto, que, jamás, bajo ningún concepto, las abandonen.

Actualmente, se sabe que existen multitud de serpientes viviendo en libertad que no son autóctonas. Pero, no me refiero sólo a constrictor sino a lo que es mucho más grave, serpientes venenosas, exóticas y  súper potentes, que campan a sus anchas por la península ibérica. 
¿Me dejan que les cuente una llamada real que recibí hace poco? Sonó el teléfono del Centro de Rescate. Contesté.
 Arca de Noé ¡Dígame! 
 ¡Buenos días! Les llamamos de Aduanas de Barajas. Tenemos un problema. Hemos requisado una partida de serpientes venenosas. 
 ¿Cómo de venenosas? - pregunté. 
 ¡Mucho! Me temo que tanto, que son mortales y no existe antídoto en España para ellas - me respondió.
Recordé entonces cómo muchos narcotraficantes utilizan a estos animales para meter en sus terrarios alijos de droga en nuestro país. El método es infalible. A ver quién es capaz de meter la mano dentro con serpientes así. Sin embargo, en esta ocasión, se trataba, simple y llanamente, de tráfico ilegal de especies. ¡Imagínense! Esos animales iban al mercado negro y, lo que es peor, según confesaron los autores, ya tenían compradores en nuestro país para ellos.
¡Pobres animales! Capturados, sacados de su medio y encristalados de por vida por el capricho de unos dementes. El caso es que conseguimos entre todos salvarlas aunque no fue fácil. Para empezar, se había propuesto  ya el sacrificio de los mismos si no se conseguía en pocas horas traer un antídoto para su mordedura. ¿Y cuánto costaba traerlo? Pues nada más y nada menos que doce mil euros que, por cierto, nadie tenía. Gracias a la colaboración de distintas entidades madrileñas, el milagro fue posible. Se consiguió el dinero y los animales quedaron depositados en un centro de animales de la capital de España, donde aún están.
Esta vez hubo suerte pero, otras muchas, no lo hay ni lo habrá. Las autoridades, desde hace años, dan la espalda a una realidad que no les interesa. Supongo que hará falta que alguien muera para que comiencen a escucharse los "¡Ay, madre mía!". Mientras tanto, seguiremos teniendo que aceptar cocodrilos, caimanes, serpientes venenosas y a muchos otros, como animales de compañía, por mucho que nos duela a nosotros y, sobre todo, a ellos.


Raúl Mérida

Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es  o www.animalesarcadenoe.com

Raúl Mérida

7/6/15

Burradas

Sólo hay un animal más inteligente que un burro y es una burra.

No se equivoque, cuando un burro no quiere andar no es por tozudez, ni porque no obedezca las órdenes que le dan. Es, simplemente, por seguridad. Necesita comprobar antes de recorrer el camino  que no hay peligro alguno en el mismo. Por eso, si el humano camina delante, el burro irá detrás. Pero, si pretende que primero vaya el animal no conseguirá moverlo del sitio y  se demostrará, una vez más,  que, con perdón de éstos, el humano, a menudo, es más burro que el propio animal.

Se llama Españita y su historia para nosotros comenzó el 11 de julio del 2010.¿Les suena la fecha? Ese día el corazón de muchos españoles se encontraba a miles de kilómetros de distancia de aquí. Nada más y nada menos que en Johannesburgo, Sudáfrica.
La selección española disputaba aquella tarde de verano la final del mundial.
Las calles estaban desiertas y la gente se arremolinaba en torno a las pantallas gigantes de las cafeterías y los bares de todo el país. 
Aunque aún no lo sabíamos,  por primera vez en su historia deportiva, España ganaría el  mundial de fútbol… Sin embargo, no todos vimos aquel partido.
18:00h. Suena el teléfono en la Central de Rescate de Animales. 
Era la Guardia Civil de Tráfico. Necesitaban ayuda.
─ Ha aparecido un burro en medio de la autovía. Es necesario retirarlo urgentemente. 
Cogimos las cosas y allí que nos fuimos aquel famoso día. Sin apenas medios ni recursos pero, eso sí, con muchas ganas de salvar al animal. 
Lo encontramos asustado. Estaba paralizado en la mediana. Conseguimos entre todos, agentes incluidos, calmarlo un poco. Ya sólo nos quedaba sacarlo de allí pero, precisamente, fue entonces cuando empezaron los verdaderos problemas. El animal se negaba a caminar. 

Supongo que ante la desesperación y la búsqueda de una solución urgente, comenzaron a invadirme los recuerdos de todos los burros que, a lo largo de estos años, hemos podido rescatar.

La primera fue una mula de nombre Lorenza. Una anciana coja y tuerta, tristemente experta en sufrir malos tratos. 
Más tarde llegó Marina, una burra blanca y sumisa, a la que encontramos abandonada frente de la estación de la Marina, de ahí su nombre… 
Y al poco tiempo Elisa, otra mula resabiada de tanto sufrir, que se encontraba en unas cuadras abandonadas, sin agua ni comida desde hacía días.
No estuvieron solas, tras ellas llegaron muchos más. En aquella época, allá por finales de los noventa, la entrada de este tipo de animales era continua en nuestros centros. La existencia de burros en barrios con problemas de integración social y marginalidad era una realidad que, a menudo, ensombrecía la dignidad de la ciudad. Eran animales usados para cargar pesos imposibles hasta el agotamiento.
El caso es que aquella tarde de julio, uno a uno, fueron viniendo a mi mente el recuerdo de todos ellos, sus rescates, sus sufrimientos…  Y entonces caí en la cuenta. Aquellos burros siempre necesitaron antes de seguirte, por encima de todo, confiar en ti.

Y de nuevo volví a la realidad, a aquella autovía y a aquel animal que necesitaba urgentemente salir de allí. Así que tocaba ganarse la confianza de aquella burrita que, más que un animal vivo, parecía un poste fijo en medio de la autovía.
Primero la acariciamos. Rozamos con nuestras manos su lomo, su hocico y, finalmente, le hicimos cosquillas en sus largas orejas… Y, la verdad, no pareció sentarle mal.
Luego le hablamos con palabras de amigo. Despacito, suaves, calmadas, susurrándole junto a su oído. Y finalmente, le pedimos, simplemente, que por favor, nos ayudara a ayudarle y nos siguiera hasta un lugar seguro. 
Y ella pareció entendernos. Levantó sus ojos. Nos miró fijamente y decidió confiar en nosotros. No hicieron falta tirones ni gritos, simplemente caminamos delante de ella y ella siguió nuestros pasos.
Y cuando por fin llegamos al arcén donde estaban los vehículos, oímos por primera vez en la radio los gritos de alegría por la victoria de España. Fue entonces cuando mirando a aquella burrita, decidimos que su nombre, a partir de ese momento, sería Españita.
Y no debió disgustarle porque, desde entonces, porta orgullosa el mismo. 
Por supuesto, su dueño nunca apareció y ella pasó a engrosar esa inmensa lista de animales abandonados que, de pronto, aparecen en cualquier rincón de cualquier ciudad… En fin.

Españita hoy vive en el Arca junto a una Guancho  y a Nevado, un pony maltratado al que unos chicos de una paliza arrancaron un ojo. Y todos parecen felices, la verdad, compartiendo lo más importante, la seguridad de que nadie, nunca jamás, volverá a levantarles una mano a no ser que sea para acariciarles.


Raúl Mérida



Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es  o www.animalesarcadenoe.com


3/6/15

Entrevista en Onda Cero






Entrevista en el programa 'Un café con Lola' de Onda Cero.
Hablamos del Arca de Noé, de los problemas para rescatar animales, experiencias y lucha diaria, de la carencia de empatía de la sociedad que afecta tanto los animales...