Historias increíbles

Tigres y leones en pisos, pumas en chalets, linces, monos, serpientes...

Historias que ellos no pueden contar

Debemos hacer eco de sus historias; rescates, maltratos...

Historias que podrían haber sido la última

Cachorros, ancianos, con pedigree, inválidos... Da igual su raza y "valor".

Historias de rechazo

Muchos son abandonados cuando dejan de ser "útiles".

Historias de supervivencia

Historias que narran la lucha por sobrevivir al abandono.

25/1/15

Si aciertas, fallas

Realizamos muchos exámenes… Sin embargo, por suerte o por desgracia, la vida es la que al final siempre  se encarga  de aprobarnos o suspendernos.

 Queridos alumnos, cada uno de ustedes tiene sobre su pupitre una hoja en blanco. No, no se asusten, no es un examen.  En realidad, les propongo lo contrario, un "anti examen"... Cuanto peor contesten, mejor nota sacarán. La hoja es sólo para que apunten sus resultados. La prueba será oral. Por favor, basen sus respuestas en la sensatez de la lógica. Empecemos pues… La primera es sencilla: ¿existen animales salvajes en libertad?
Uno de los chicos levanta rápidamente la mano.
 Claro, en la selva, en América, en África e incluso escuché una vez que,  en nuestra península, en Gibraltar, los últimos monos de Europa siguen viviendo en libertad. 
─ Quizás, pero… Verán,  el hombre ha acabado dividiendo el mundo en áreas y éstas en parques y los parques en zonas aún más pequeñas.  Los monos de Gibratar, por ejemplo, viven encima del Peñón aislados y controlados. En cuanto alguno baja es neutralizado y devuelto a su sitio. El espacio que realmente poseen es muy, muy pequeño. En África, donde se encuentran las reservas de animales más grandes del universo también se ha comenzado ya a limitar y manipular el terreno. En algunos lugares se han creado, por ejemplo, charcas artificiales para que beban con el único fin de controlarles…  Y hasta hay sitios en los que, aquellos animales de los que se alimentan tigres, leones y otros grandes felinos, son conducidos como rebaños por el hombre para que sean cazados por éstos delante de los turistas… Sí, es cierto que viven en libertad pero, no se engañen, en libertad vigilada. Se sustituyeron los barrotes por fusiles que los confinan.
>> Por otro lado, los espacios naturales que quedan  en el mundo, están siendo brutalmente agredidos. Fíjense sólo en un dato, una excavadora en un solo día mata más selva que, antiguamente, mil hombres con pala y pico en un año… En fin, es el fin,  la destrucción del planeta. 
>> Pero, bueno, pasemos a la siguiente pregunta. Esta es más sencilla: ¿qué animales tiene la gente en jaulas de pájaros colgadas en las paredes de sus balcones?
 Ésta es muy fácil, profesor… Tienen pájaros. En las jaulas de pájaros tienen pájaros-.
Todos ríen divertidos por la respuesta.
 Gracias - sonríe también el profesor -. Es posible, en la mayoría de casos es así pero, no crean, no en todos… Cada vez hay más personas que utilizan estas jaulas para otros animales. Los hay que tienen mapaches, coatíes, macacos, lémures… De todo, ¡es horrible! Piensen por un momento en sus brazos y sus piernas atrofiadas por no moverlas… Recuerdo, por ejemplo, a un mono que rescatamos y que vivía en su pequeña jaula de loro colgada de una pared ¡Pobre Animal!
 Pero, señor, ¿Eso que nos cuenta pasará en sitios lejanos, no?
 Qué va…  ¿Alicante les parece lejano? ¿Y Valencia, Madrid o Sevilla? No, desgraciadamente, les hablo de aquí. Bueno, prosigamos. No queda mucho tiempo y querría hacerles una última pregunta. ¿Recuerdan  aquel famoso anuncio de televisión...? ¿Cómo era aquella pregunta...? Ah, sí, sí, ya recuerdo… ¿Aceptamos pulpo como animal de compañía? Bien, esa no es la pregunta, evidentemente. La pregunta es; ¿aceptamos lobo, león, tigre, puma, mono, serpiente, puerco espín, gamo, emú, etc, etc, como animales de compañía?
Ésta vez, sólo un chico se atreve a contestar. 
 Profesor, visto lo visto y, por todas las preguntas anteriores, está claro que la respuesta es que sí. Seguro que la gente los tiene como animal de compañía, ¿verdad?
 Pues sí, así es, ha acertado… Y, sin embargo, ésta es la única respuesta que tendré que dar por mala.
Se hizo el silencio.
 Les explico. Verán, sí, tiene razón, la gente adopta, compra o, incluso roba animales salvajes y los tiene como animales de compañía... Tigres viviendo en pisos, monos a los que pasean con pañales y correa,  tarántulas,  escorpiones o incluso ranas venenosas viviendo encristalados de por vida...
>> Sin embargo, como les comenté al principio, la respuesta pese a ser cierta es incorrecta, ¿saben por qué? Porque no podemos aceptarlo. Lo malo no es bueno por mucho que se repita. Tenemos que luchar contra ello. 
>> Fíjense, actualmente los animales sufren todo tipo de malos tratos. El ser humano se engaña creyendo que los trata bien. Nuestros gobernantes aprueban normas y normas para protegerlos pero, se olvidan siempre de hacer que éstas se cumplan… 
>> Mientras tanto, se cazan leones, se capturan águilas, se trafica con ellos y, en el caso de los primates, hasta algunos son prostituidos…  Recuérdenme, por favor, que les hable en alguna otra charla de los orangutanes, esos que son encadenados en prostíbulos de Sumatra y Borneo y violados cientos de veces, previo pago, por los clientes humanos.
>> En fin, discúlpenme si, al final, me emociono pero, ¿saben una cosa? A todos ellos sólo les quedan ustedes… No lo olviden nunca. Son su última esperanza… No dejen nunca de luchar porque las cosas sean como deben ser y no como, desgraciadamente, son.


Raúl Mérida


Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. 

18/1/15

Un lugar llamado cielo

Dicen que a partir de cierta edad los mejores días de tu vida son aquellos en los que no pasa nada, en los que todo continúa como siempre.

─ Levantó la mano y me dijo adiós. ¿Te imaginas? Nunca más volví a verlo. Dieciocho años recién cumplidos y la vida terminada. A veces me pregunto por qué no le di un beso de despedida, por qué no le pregunté algo, no sé, por qué no le paré de alguna forma… Si se hubiera entretenido un segundo más conmigo,  un solo abrazo que le hubiera dado y hoy estaría vivo. No puedo dejar de pensar en ello. Siempre crees que, cosas como esas, sólo le ocurren a los demás pero... 
>> ¿Sabes? He pasado noches y noches soñando con él. Estaba sentado conmigo en el sofá mientras veíamos la tele. Yo le hablaba y le comentaba y sentía que él me miraba pero, de pronto, descubría que no estaba. Entonces despertaba llorando. 
>> Tres meses hace ya y siento el dolor como si hubiera ocurrido hoy mismo… Y eso no es todo. ¿Te acuerdas de Luna, su perra? Decía siempre de broma que era su amor secreto.  El día del accidente ella estuvo muy nerviosa, corriendo de un lado a otro. Todos nos asustamos. Nunca la habíamos visto así. Luego empezó a aullar. Corrimos hasta su cama al oír sus gritos  y nos la encontramos arrinconada, triste y mojada, completamente empapada. No, no era sudor. Eran lágrimas, te lo aseguro. Entonces me di cuenta que algo realmente grave pasaba Imagínate los días posteriores... Por un lado, el dolor, ese dolor tan intenso que te quema la piel y te rompe el corazón.  Por otro, la ley, el entierro, los papeleos, la burocracia y esa maldita  guerra entre los seguros que nunca entenderé. Después vino algo aún peor, el silencio. Todos callamos, hasta  Luna dejó de ladrar. Días más tarde me di cuenta que tampoco comía. No se acercaba al pienso, no bebía. Apenas se movía… Tardé tiempo  en aceptar que ella, simplemente, había decidido también morir, supongo que, en su caso, morir por amor… Y  una noche nos abandonó. Murió enroscada sobre sí misma. No se quejó. No gritó. Me imagino que estaba agotada de tanto echarle de menos.
>> Y, ya ves, entonces de nuevo volvieron los sueños. Esta vez eran distintos. Aparecían los dos, mi hijo y la perra, caminando juntos… y siempre felices...  Ya sé que creerás que estoy loca pero, ni te imaginas cómo me ayuda pensar que los dos pudieran de nuevo estar juntos, quizás, quién sabe, en un cielo especial para  perros y de dueños…  En fin. Pero, bueno, perdóname, en realidad, yo te llamaba para contarte otra cosa. 
>> Verás, hace días que hay un perro que ronda la puerta de mi casa, que se va y vuelve, aparece y desaparece. Los vecinos le lanzan piedras para que se marche cuando lo ven. Le insultan, le gritan… Ya sabes cómo es la gente. Sé que está abandonado, se le nota en la mirada, en su tristeza.  No sé qué hacer… Todo está muy reciente y me había prometido no tener otro pero, ¿podrías venir y verlo y llevártelo o, al menos, decirme que ves mejor tú?

Aquella misma tarde me acerqué a su casa…  Necesitaba verla, ayudarla, abrazarla, que sintiera que no estaba sola y también que, por supuesto, supiera que yo pienso igual que ella, que estoy seguro, no dudo que si existe un cielo para los humanos, en él también se encuentran los animales. ¿Dónde irían, si no, todos ellos cuando mueren? Sí, en realidad, están hechos de pura entrega y corazón.
Llamé a su puerta. Ella salió ella llorando. No abrazamos emocionados… Y, mientras hablábamos y se calmaba, enseguida apareció por allí aquel flaco chucho, perro de mil razas, bonito de feo que era, moviéndonos el rabo… 
Ella sonrió al verlo y secó sus ojos. Él se deshizo en alegrías alrededor de ella.
Y aquel animal se quedó a vivir allí para siempre, en realidad, nunca pudo llegar en mejor momento a aquella casa.  Y yo me despedí de los dos feliz de verlos felices y me fui de allí pensando si en realidad algunos  ángeles no tendrán forma de perro. 

Raúl Mérida

11/1/15

Historias que parecen cuentos

— Papá, ¿podrías contarme un cuento?
— Lo siento, cariño. No recuerdo ninguno… En realidad, sólo sé historias reales que, eso sí, a veces parecen cuentos.
— Vale, pues cuéntame una papi, por fi…

Érase una vez una ciudad llamada Alicante que tenía todo lo que uno podía desear. A falta de un castillo, tenía dos, y, mientras otros muchos lugares se morían por poseer una sola playa, aquella ciudad albergaba muchas y diferentes, y todas abrazadas por un mar azul e intenso.
>> En realidad, aquel lugar tenía muchas cosas que lo hacían único. Sus palmeras, sus comidas, sus vinos… Y, sobre todo, su gente. Personas, en general, trabajadoras y honradas, todas con esa mirada limpia que da el reflejo del mar en las pupilas.
>> Y, aunque amaban su ciudad, sin embargo, desconocían muchas cosas de ella. Calles perdidas, rincones, anécdotas, historias, leyendas… Por ejemplo, pocos sabían que el famoso Arca de Noé buscado desde la época bíblica o, lo más parecido a éste que podría existir hoy en día, estaba a pocos metros de todos ellos… Allí, por cierto, en el Arca, vivían los protagonistas de nuestra historia, dos hermanos, Hansel y Gretel.

— ¡Papá que eso es de otro cuento! ¡Te estás equivocando! ¿No me dirás ahora qué vivían en una casa de chocolate, verdad?
— No, espera… Verás, vivían encerrados. Desgraciadamente alguien les condenó a vivir así el resto de sus vidas.
— ¿Una bruja mala, papá?.
— Alguien mucho peor, cariño, fue un humano. El animal más peligroso que existe… Verás, Hansel y Gretel, los que viven en el Arca, no son dos niños de cuento, son dos enormes pumas de la selva. Dos animales de una fortaleza tan extraordinaria que pueden llegar a saltar hasta más de cinco metros de altura. ¿Te imaginas?
— ¿Y por qué viven en Alicante, papá?
— Porque aquí, aunque como te he comentado antes, mucha gente aún no lo sepa, hemos creado el único santuario de animales salvajes de Europa, un lugar donde se les protege. Pero, volvamos a la historia de los pumas. Verás, fue un vecino de un pueblecito cercano a Barcelona quien, un mal día, decidió que no tenía bastante con un adoptar o comprar a un "lindo "gatito". Él quería más. Buscaba una pareja de gatos gigantes, cuánto más grandes, mejor… Podía haberse decantado por un león o un tigre, ya puestos… Pero, no. A él siempre le gustaron los gatos grises siameses, así que decidió comprar a dos enormes felinos grises, sí, pero pumas. Y, así, previo pago, llegaron aquellos enormes animales a su casa. Les llamaron Hansel y Gretel. Nunca me explicaron por qué. Supongo que debió ser un capricho.
— Cuéntame más, anda…
— Ya voy, poco a poco. Aquellos animales crecieron rápidamente. Sus patas se alargaron sin límite y sus músculos se tensaron tanto que, pronto, la valla de tres metros que rodeaba su casa dejó de ser un obstáculo para ellos. Empezaron a salir fuera, a escaparse, y comenzaron las denuncias… Pero, aquellos pumas no sabían nada de las leyes ni las normas de los hombres. Ellos, al fin y al cabo, eran gatos que gustaban de ronronear alrededor de sus dueños, casi animales de compañía que repetían cada día la misma rutina.
— ¿Y qué hacían, papá?
— Pues supongo que, simplemente, ser un gato… Me contó la policía que, por ejemplo, todas las mañanas, a la misma hora, se escapaban hasta el patio de un colegio cercano donde buscaban los restos del almuerzo de los escolares. Imagínate cómo corrían los niños al verlos… No, no te rías. Al final, la situación se hizo insostenible. Una mañana la policía acudió a la casa y les dio un ultimátum, los animales debían marcharse de allí. Entonces fue cuando nos llamaron.
— ¿Y fuisteis a por ellos?
— Sí, los trajimos hasta aquí. No fue fácil. Trasladar animales así siempre es muy delicado porque ellos no saben qué les está pasando… Pero, afortunadamente, todo fue bien
>> Ahora viven juntos en un recinto especial en el Arca, rodeados de leones y tigres… Pero, ¿sabes? Muchos días me quedo mirándoles pensando en cómo serían sus vidas anteriores como gatos porque hoy, por carácter y derecho, vuelven a ser pumas.
>> ¿Ves, chiqui?, en esta historia, tal real como la vida misma, no hay monstruos ni ogros malos pero hay personas que, a veces incluso sin saberlo, pueden llegar a hacer mucho, mucho daño… En fin. 
>> Y colorín colorado… Espero que te haya gustado.

Nota: Hansel y Gretel son dos pumas que viven actualmente en el Arca de Noé de Alicante. La historia aquí recogida es totalmente real. Más información en www.fundacionraulmerida.es o www.animalesarcadenoe.com


Raúl Mérida

4/1/15

Condenados al olvido

¿Es posible saber cuándo un perro o un gato va a ser abandonado? ¿Se podría predecir, adivinar o, simplemente calcular, sin mucho margen de error, qué animal de compañía adoptado o comprado hoy, será abandonado mañana...? Yo creo que sí.

Existe una asociación en Estados Unidos dedicada a la protección, conservación y estudio de una bombilla situada en un conocido parque de bomberos. Supongo que dicho así suena raro, ¿verdad? La bombilla en cuestión, lleva encendida durante las 24 horas del día, todos los días del año, desde 1901. Es decir, hace 113 años que luce como el primer día.
Actualmente, es la bombilla más vieja del mundo, seguida de una instalada en Texas en 1908 y otra que luce en Nueva York desde 1912. Todas comparten el mismo secreto en su fabricación. Su resistencia se explica, por un lado, porque todas poseen unos filamentos bastante más gruesos que los de una bombilla normal y, por otro, porque  éstos son de carbono. 
La pregunta es: si se conoce que esas son las características que hacen que las bombillas sean duraderas hasta la eternidad, ¿por qué  no se fabrican más como ellas?
La respuesta me temo que es tan sencilla como triste. 
No sé si han oído hablar alguna vez de la "obsolescencia programada". La verdad es que la palabra, en sí, ya echa para atrás pero, aún más, lo que significa. Se trata de acuerdos, la mayoría secretos, que se establecen entre las distintas empresas que comparten un sector con el fin de fabricar productos que, irremediablemente, se estropeen pasado un tiempo previamente fijado.
Ese y no otro, fue el caso de las bombillas. En 1924 las grandes empresas del sector se pusieron de acuerdo para rebajar la calidad de sus productos y dotarles así de una vida más corta. Parece ser que pensaron que fabricando artículos duraderos no ganarían suficiente dinero y, no sólo llegaron a ese pacto, sino que, incluso, decidieron imponer multas a aquellas empresas que no lo cumplieran. Dicho y hecho. 

Si se fijan, todas las bombillas que antes le he citado y que aún iluminan el mundo desde principios del siglo pasado, fueron fabricadas con anterioridad al acuerdo sellado.
Y no crean, ellos fueron, probablemente, los primeros pero, no los últimos.
Desde entonces hasta ahora la mayoría de empresas han seguido esos criterios y el mercado consumista sabe que ese principio es, hoy en día, irrenunciable. Lo importante no es la calidad del producto sino la rotación y el consumo…

A veces pienso que,  de la misma forma, ocurre con los animales.
Evidentemente, en el caso de estos últimos no hay acuerdo fijado ni pacto previo pero, a diario, me doy cuenta que muchas de las adopciones o compras de animales tienen también su "obsolescencia programa".
Y les aseguro que no será el perro ni el gato el que falle. No vendrán con defecto de fábrica alguno, no. Serán aquellos que decidan incorporarlos a sus hogares como animales de compañía los que, en algunos casos sin darse cuenta y, en otros, sin que eso les importe lo más mínimo, determinarán el futuro de éstos, los que  los condenarán, en definitiva,  a ser animales abandonados.
Les daré sólo algunas pistas… Son personas que, a menudo, buscan en ellos un regalo de última hora. Ese detalle que les faltó y que, sin duda, llenará un pequeño cachorro.
En estas fechas acuden habitualmente a los albergues de animales o van a las tiendas o buscan anuncios gratuitos en prensa… Su objetivo es conseguir un perro o un gato –gratis a ser posible- que puedan regalar en estas fiestas.
Casi siempre lo hacen con prisas, sin reparar mucho en razas ni tipos, importándoles sólo que sean bonitos y, por supuesto, cachorros.  Apenas les interesa su carácter. Se fijan sólo en su aspecto.
No piensan si vivirá con una persona mayor o con un niño. Si será en una casa de campo o en un pequeño piso.  Tampoco les importa si el día de mañana será de raza grande o incluso gigante... Eso son cuestiones menores que en nada les influyen.
Al fin y al cabo, ellos ya no estarán allí para verlo.
En sus mentes sólo cuenta el día del regalo, el momento en el que lo entregarán. Jamás pensarán en los quince o dieciséis  años siguientes que el animal vivirá. No se imaginarán que, cada uno de esos días que conformarán el resto de la vida de ese animal, será tan importante como aquel en el que se regala…

Y, así, estas fiestas como años anteriores, se comprarán o adoptarán muchísimos animales que se convertirán en regalos horas después.
Muchos de éstos llegarán a los hogares y se quedarán en ellos para siempre. Serán animales queridos que entregarán su vida y corazón a sus nuevas familias. Perros y gatos felices que se convertirán en los mejores amigos de sus dueños.
Pero, otros muchos, desgraciadamente, acabarán formando parte de las negras estadísticas de abandono de este país. Regalos de animales con "obsolescencia predeterminada" que durarán en su nueva familia lo que éstos tarden en cansarse de ellos.
A estos últimos sólo puedo  pedirles perdón. Sí, perdón porque, al fin y al cabo, un año más no pudimos, no supimos evitar su abandono.


Raúl Mérida